SPANISH
BOMBS
Por Shotaro-98
“Yo te quiero infinito,
yo te quiero oh mi corazón”
Joe y Paul llevaban siendo amigos desde hace tiempo, compartiendo tiernos momentos juntos, un par de chicos viviendo los mejores años del punk y de su juventud además, pasaban mucho tiempo juntos, hablando de sus temas de interés en común y conociendo nuevos, Joe haciendo reír a Paul con sus anécdotas o con cualquier cosa que se le ocurriera, su risa no tenía precio, llenaba de alegría a Joe, una alegría que iba más allá de una simple amistad, ya era amor profundo, el cómo jugueteaban entre ellos, las miradas que se daban y que era un pequeño gesto de amor intimo entre los dos, era su manera de decir “te quiero, me gustas, te deseo…”. Una noche luego de terminar de tocar se fueron juntos a cenar (en realidad era ir a beber), si ya eran sinceros estando sobrios, en el éxtasis del alcohol lo eran aún más, la timidez desaparecía casi por completo. Entre trago y trago Joe se sinceró e invitó a Paul a su casa, estarían solos y nadie los molestaría, Joe quería mostrarle a Paul su amor de una manera más íntima, ambos ya estaban impacientes, tanto así que sus manos ya estaban tocándose lascivamente debajo de la mesa. Paul adoraba esa faceta de Joe, era mayor que él por 3 años, pero a veces podía comportarse como un chico menor que él, un niño mimado esperando a recibir su dulce favorito.
Llegaron
a la casa de Joe y apenas entraron y cerraron la puerta hubo un silencio entre
los dos al cruzar las miradas, algo nublados por el alcohol y por los
sentimientos a flor de piel, Joe sentía que se quemaba de amor al rozar la
mejilla de Paul con sus dedos, se sentía más suave de lo que imaginaba, y por
su lado Paul estaba conteniéndose, tenía ganas de abalanzarse sobre su amigo y
ser uno con él, probar sus labios, su saliva, su lengua, su sabor a alcohol… su
cabeza daba mil vueltas y no sabía que hacer hasta que sintió un calor en sus
labios, un calor que nunca había sentido ahí y sin embargo le parecía conocido,
Joe lo estaba besando, era un beso tímido pero candente y corto, al apartarse y
abrir los ojos Joe apenas pudo decir el nombre de Paul antes de que este lo
sostuviera de las mejillas y arremetiera con un beso ahora si bien puesto,
lleno de pasión y al principio un poco descoordinado, sus dientes chocaban
ligeramente entre cada arrebato. Joe sentía su interior arder con mayor
intensidad ante todos los estímulos que estaba experimentando, no podía creer
que se estaba besando con su mejor amigo, era mejor de lo que alguna vez pudo
imaginar: las manos de Paul friccionando su nuca y cabello, la dulce y humedad
sensación de su lengua frotándose contra la suya, por momentos Paul se detenía
para recuperar el aliento Joe juraría haber visto un muy tenue vapor salir de
sus bocas y una gota de saliva brillaba entre sus bocas. Una vez recuperadas las
fuerzas siguieron besándose,
entre beso y beso llegaron a la sala de su casa y se recostaron sobre el
sillón, Joe debajo de Paul y este pasando de besar sus labios a ahora sus
mejillas y orejas, Joe sentía el cosquilleo de la respiración de Paul, sus
murmullos y bajos gemidos tan cerca de su oído, esto lo hacía suspirar de
placer, se cubría su boca con su mano derecha y con la izquierda tocaba los
cabellos de Paul, bajando por su nuca a su cabello y de ahí a su pecho donde
acarició suavemente, percibió su palpitar y de ahí manoseó sus caderas, Paul
veía como Joe lo tocaba, no emitía ninguna palabra, solo observaba el cariño
con el que Joe lo disfrutaba, quería hacer lo mismo por él y más, por lo que
posó sus dedos en el pecho de Joe, y con la yema de sus
dedos frotó la punta de sus pezones sobre su camisa sintiendo como poco a poco
se ponían erectos ante su provocación, Joe daba pequeños gemidos que trataba de
esconder manteniendo su boca cerrada, sin embargo fue inútil luego de que Paul
rematara al besarle el cuello y lamerlo, Paul tenía una lengua que le encantaba
deambular sin control sobre la piel de Joe, saborearlo y excitarlo. Joe se
sentía en el paraíso con la doble estimulación, su espalda se arqueó en
automático y Paul sintió la bragadura de Joe chocar con la suya, ahora era una
estimulación triple, este roce interrumpió a Paul para provocarle un gemido
espontáneo, lo inmovilizó por un momento hasta que Joe lo rescató del trance
con un beso fervoroso, tomó sus manos y las metió dentro de su camisa para ahora
si sentir su pecho piel a piel, estaban disfrutando del placer mutuamente.
Los arrebatos de placer de Joe le provocaban a ir más lejos a Paul. Los
movimientos de cadera de Joe hacía que su órgano sexual presionara contra el de
Paul y las costuras de la ropa entre ambos solo maximizaba el impacto, esto a
la vez que Paul presionaba las puntas del pecho de Joe entre sus dedos, por
instantes dejaba de besarlo para chuparle sus pezones, mordisquearlos y luego
lamerlos, besarlos y jalarlos tiernamente en sus poco desalineados dientes, Joe
ya no solo gemía, chillaba de satisfacción, y cuando sentía que estaba siendo
muy ruidoso lo callaba a base de besos, no cualquiera, besos profundos,
Paul chupaba la lengua de Joe entre sus labios y este solo cerraba los ojos
aunque su curiosidad llegaba ser mayor y los abría levemente para presenciar
tal escena de fascinación. Joe ya no lo soportaba, sentía que terminaría
derramando su semen en su ropa interior si seguían besándose con tanto misticismo.
Entre exaltaciones Paul logró escuchar la voz de Joe pidiéndole que lo tomara
de una vez por
todas. Paul no se inmutó y desabrochó el cierre de su pantalón, Joe por su
parte se quitó sus jeans y ropa interior, manteniendo puesta su camisa y su
chaqueta, el hecho de hacer el amor con sus chaquetas de cuero puestas lo ponía
deseoso, lascivo. Apenas Joe se quitó su ropa interior su pene se alzó hacia el
cielo, palpitaba y ya estaba goteando líquido preseminal, Paul lo admiró
mientras desenfundaba el suyo, a primera vista ambos miembros se veían del mismo
tamaño y grosor, Paul los tomó a ambos en su mano derecha y los frotó
suavemente, la humedad de la intimidad de Joe lo excitó aún más y ahora
el líquido preseminal de ambos servía como lubricante que hizo más fácil y
resbaladizo el movimiento y más intenso los choques de placer cuando Paul movía
su abdomen hacia adelante y luego atrás, rozando con el de Joe y masturbándolos
mutuamente, Joe inclinó su cabeza hacia atrás dejándose llevar por el éxtasis
del momento, tuvo una ráfaga de energía
y se levantó un poco para poder alcanzar con su mano el pene de Paul, colocó su
mano junto a la del chico rubio y le ayudó con el acto de auto placer, gemían
juntos y al encontrarse sus miradas volvieron a besarse para estar más juntos.
Ya bien lubricados Paul se acomodó entre las piernas de Joe y lo levantó
ligeramente de sus caderas, con pequeños empujones entró poco a poco por su
ano, Joe sentía como su cuerpo se tensaba, pero las palabras de confort de Paul
lo ayudaron a relajarse y ya estando dentro nuevamente movió sus caderas para
hacer un vaivén con su órgano sexual, Joe se sentía extraño, entonces Paul
alcanzó un punto especifico en su interior y esto hizo sentir bien a Joe, “Ahí,
j-justo ahí otra vez Simo…” suplicó Joe con su voz entre cortada, Paul no lo
dudo y en la siguiente lo hizo con más fuerza y siguiendo un ritmo constante.
Joe ahora si estaba perdido en el placer, los gemidos ya no bastaban, gritaba
ante la excitación, esto asustó a Paul,
al menos hasta que notó la expresión de alegría en el rostro de su amigo, eso
era suficiente para que pudiera continuar. Jaló a Joe de sus piernas y aplicó
más fuerza a sus arremetidas Joe se sentía avergonzado por la situación y sin
embargo no dejaba de gemir, dejó caer sus brazos sobre su rostro y así poder
cubrir sus ojos dejando a la vista su nariz y boca, Paul había perdido el
control, gruñía el nombre de su amigo y pedía que ese momento no terminara, Joe
descubrió su mirada y dejó caer sus brazos sobre su cabeza y miró a Paul quien
estaba empapado de sudor y no dejaba de verlo. Joe pronunció el nombre de Paul
y este entendió que faltaba
poco para el gran final. Se levantó más sin salir de Joe y colocó sus piernas
encima de sus hombros, esto para poder apoyarse en sus codos y estar más cerca
del rostro de Joe, quien puso sus brazos sobre su cuello para sostenerse y así
acercarse para hablarle con el poco aliento que le quedaba.
“Paul, tómame… libera tu
orgasmo en mi interior, quiero sentir tu estallido cubriéndome, empapándome…por
favor…!
Los dos dejaron de sostenerlo, y vivieron el orgasmo más intenso que podía existir, mientras lo experimentaban Paul movía bruscamente sus caderas llegando al límite de Joe, quien también estalló en placer, llenando de semen su ya de por si agotado abdomen, el grito de placer de ambos inundó la habitación y tal vez a los vecinos también, pero eso no preocupaba a Paul y Joe, quienes se reconfortaban con besos suaves luego del estallido de su “bomba de amor”.

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